Las Esencias Florales trabajan sobre al campo emocional, potenciando las virtudes opuestas a estados emocionales discordantes que causan sufrimiento, estres, miedo, incertidumbre, pesimismo y desvalorización.
Permiten equilibrar y mantener una valoración más armónica de los tiempos de vida cambiante como lo es el actual. Estimulan de forma sutil una consciencia mayor de uno mismo, lo que facilita la apertura de la persona y entrega una perspectiva alternativa de las emociones a trabajar.
El principio básico es trabajar sobre la virtud opuesta al defecto que da origen al malestar emocional, pues existen patrones mentales y emocionales que contribuyen a desencadenar enfermedades o disfunciones diversas.
Las Esencias Florales ayudan a restablecer o conseguir un equilibrio armónico entre cuerpo, emoción, mente y alma, constituyendo un auténtico modo preventivo de toma de conciencia y de crecimiento personal.
Su principal fuerza es su trabajo base sobre las causas, y no sobre los síntomas.
En una terapia se pueden combinar esencias de diferentes sistemas, como las Flores de BACH, las del sistema australiano BUSH, FES Essences de California, de Saint Germain, por ejemplo.